Mientras vives grandes aventuras en tu moto, tu calzado puede ser puesto a prueba. Piensa en tus paseos: el polvo, la lluvia y el barro pueden acortar la vida de tus zapatos nuevos.
Por eso es importante seguir estos sencillos consejos para que tus zapatos sigan teniendo el mejor aspecto.
- Retire la mayor parte del barro con un paño húmedo. Lo mejor es hacerlo nada más terminar de pedalear, cuando aún está fresco, para que sea más fácil y efectivo;
- Para la suciedad persistente: coge un cubo de agua tibia y un cepillo de cerdas suaves. Usando este último, después de sumergirlo en el cubo para fregar suavemente el zapato, prestando atención a las hebillas/rotores y a los tacos. Una vez hechas, enjuágalas con agua fría.
- Sé delicado: estos artículos son tan importantes como delicados (por lo que no debes utilizar un detergente fuerte), así que lava tus zapatillas de ciclismo con cuidado. Durarán tanto como su rendimiento.
- Una vez limpios, es el momento de secarlos: retira las plantillas -esto reducirá el tiempo de secado-, afloja los cierres para que pase el máximo de aire posible e introduce un poco de papel de periódico enrollado para que absorba el exceso de agua y mantenga su forma.
NOTA: no se debe secar el calzado bajo la luz solar directa ni con calor (radiadores, calefactores, secadores de pelo, etc.).